martes, 7 de abril de 2020

Factores que influyen en la enseñanza – aprendizaje de la Historia


Por Galdino Enríquez Antonio

En el presente informe, se reportan los resultados encontrados en la aplicación de una serie de instrumentos (encuestas y cuestionarios) a alumnos y padres de familia del Segundo Semestre, de una Escuela Preparatoria Particular ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca; así como a maestros que imparten clases en 5º y 6º grados en escuelas de Educación Primaria de la Zona Escolar 167 del IEEPO (Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca).

Los alumnos de este semestre consideran a la clase de Historia, no como una de las  materias que más se les facilita, ya que ocupa el lugar 7 entre 9 asignaturas. Al recoger la información de los alumnos (35), de los maestros (34), y de los padres de familia (35), cuestionados, se encontró que existe una constante: los docentes enseñan Historia, generalmente, de manera tradicional. La literatura revisada, también indica esto.

Por más de 20 años se ha hablado de este tema y no se ha logrado superar la forma tradicional de enseñar Historia. En el presente informe, resalta el hecho que los docentes requieren cambiar su forma de enseñar Historia, pero para que este cambio llegue, requieren ser capacitados y los alumnos ser instruidos sin que el contenido sea el centro de las actividades académicas, sino las habilidades y las estrategias históricas.

Marco teórico:

Hace veinte años, en la Revista Nexos fue publicado un texto escrito por el historiador Enrique Florescano (1999), donde señalaba que existe “una crisis general de la enseñanza de la historia en el sistema educativo mexicano.” Esta crisis se origina en la dependencia de la memorización en las prácticas educativas a lo largo de la educación básica y que se extendía hasta el nivel medio y superior.

Al igual que Florescano, Lamoneda (1998) también señalaba esta situación, al indicar que “la enseñanza de una historia memorística, de reproducción de acontecimientos…, de la historia política, la de los grandes hombres. Lo que no es más que producto de una herencia positivista que reduce, de manera considerable, las posibilidades de la disciplina.”

En estudios recientes, se habla de que la creencia popular señala que saber historia implica “la acumulación memorística de hechos, conceptos o fechas del pasado”, de acuerdo con Gómez, Ortuño y Molina (2014). En tanto que Gómez, Rodríguez y Miralles (2015), hablan de que a la hora de aplicar exámenes y resolver ejercicios en los libros, “ciertos contenidos históricos va inculcando en el alumnado un conocimiento a menudo sesgado, y principalmente memorístico, basado en hechos, conceptos y saberes descriptivos.”

“Todavía permanece en un considerable porcentaje del profesorado una visión positivista en la enseñanza, que obedece a esa concepción ´culturalista´ que buena parte del profesorado otorga a la enseñanza de la historia”, indica Molina et al. (2017), citando a Miralles, Molina y Ortuño. Agrega también, que “posiblemente, la solución se encuentre en una apropiada formación inicial y continua del profesorado”.

En el 2017, en el documento de Aprendizajes Clave para la educación integral de la SEP, se lee lo siguiente: “se considera necesario dejar atrás una enseñanza centrada en la repetición de hechos, lugares y personajes históricos, y encaminarse a un aprendizaje que reflexione sobre el pasado para responsabilizarse y comprometerse con el presente.” (SEP, 2017, p. 384)

Este documento señala que la crisis en la enseñanza de la Historia continúa hoy en día, pese a que fue indicado por Lamoneda (1998) y Florescano (1999) hace veinte años y no se ha logrado erradicar.

Soria, A. (2016), citando a Casal, señala que,
…un 75% de los estudiantes plantean que la clase de historia los llena de fechas y datos; un 58% sostiene que deben memorizar esos datos; un 80% dice que los temas de estudio son aburridos, otro 70% responde que la forma de enseñar del profesor es aburrida y que no estimula la curiosidad. Un 73% opina que es una materia como mera herramienta para profundizar sentimientos patrióticos oficiales y relacionar a la patria con los grandes hombres.

Resultados y Análisis:

Se aplicaron los instrumentos propuestos a tres grupos (maestros [34], alumnos [35] y padres de familia [35]), con el propósito de triangular la información. Estos fueron los resultados encontrados:

El 71% de los docentes entrevistados, reconocen que las clases de Historia, que cursaron en el Nivel Básico, eran aburridas y/o tradicionales. Sólo el 58% de estos maestros, están buscando la manera de cambiar los patrones aprendidos en la enseñanza de la Historia. 


Se encontró que el 50% de los docentes están repitiendo las actividades que realizaron en la clase de Historia cuando fueron alumnos. Esta situación se refleja en el sentir de los estudiantes, ya que señalan actividades tradicionales en la enseñanza de la Historia que no les agrada realizar. Entre estas actividades se encuentra la realización de resúmenes, dictados, líneas de tiempo (no se les ha enseñado a elaborarlas adecuadamente), lecturas sin propósito alguno y aprenderse muchas de fechas.



Los padres de familia están preocupados por la falta de dinamismo en las clases de Historia de sus hijos, es decir, no existe una variedad de estrategias que motive a sus hijos a estudiar los contenidos y realizar las actividades de esta materia. Consideran que es necesario que los docentes muestren más empatía hacia los alumnos y mejoren los métodos de enseñanza.

Por su parte, los docentes señalan que los alumnos desarrollen hábitos de estudio aplicables a la enseñanza – aprendizaje de la Historia. Además, consideran la necesidad de ser capacitados en las estrategias de enseñanza de la Historia, ya que solo el 18% reconoce haber recibido capacitación específica para la enseñanza de la Historia. 

 


Estos datos revelan que la enseñanza tradicional de la Historia sigue presente en las aulas. Esto mismo encontraron Bécares et al. (2016), quienes consideran que “Desde el siglo XIX hasta principios de los años setenta del siglo XX, debido a la concepción que se tenía de la Historia en sí misma, ésta era enseñada de una forma positivista e historicista a través de lo que se denomina la educación tradicional, cerrada al diálogo o a la creatividad.”

Una de las situaciones que llaman la atención, es que los alumnos no desarrollaron las habilidades necesarias para realizar un resumen o una línea del tiempo. Los alumnos no han aprendido a realizar estas actividades académicas porque sus docentes no se han preocupado por enseñárselos. El hecho que señalen los alumnos que aún se les dicte contenidos históricos, revela que los docentes no han recibido capacitación sobre estrategias más dinámicas para la enseñanza de la Historia.

Cuando los padres señalan que los docentes deben mejoran sus métodos de enseñanza, tiene que ver más con el deseo de los docentes que sean capacitados en las nuevas tendencias educativas, es decir, actualizar la capacitación que un día recibieron en los cursos universitarios.


Para terminar:
Se requiere cambiar la forma de enseñar Historia desde la perspectiva tradicional y pasar a desarrollar actividades dinámicas, donde el alumno se sienta involucrado y se le presenten retos académicos.

Torres, A. (2017), entrevistó a Peter Senge, profesor en la escuela de negocios del Massachusetts Institute of Technology, quien señaló que lo primero que tiene que hacer un maestro,
“…es desaprender, olvidar los métodos pedagógicos tradicionales. Es muy difícil porque tienen una identidad muy fuerte y se sienten orgullosos de estar al frente de la clase. Creen que mantener el orden y la atención en su discurso es lo que les hace buenos profesores y tal vez sea ese el problema, las lecciones magistrales brillantes. Para que se produzca el cambio tiene que haber una masa crítica de esos adultos en las escuelas que diga basta.”

Considerando esto, será necesario cambiar las formas usadas hasta ahora. Se va a requerir capacitar a los docentes para que desaprendan sus viejas formas y adquirir nuevas estrategias y hacer uso de herramientas tecnológicas a su alcance.

Los alumnos señalaron algunas actividades que les gustaría realizar con mayor frecuencia. Son actividades aplicables a la asignatura de Historia y bien podría ser una forma de iniciar el cambio en la forma de enseñar la materia.


 
















Referencias Bibliográficas:

Bécares, L., Busto, M. & de Hoyos, C. (2016). Sentarse, escuchar y repetir. ¿Existe
otra forma de enseñar historia? IKASTORRATZA. e-Revista de Didáctica, 16, 15-38. Recuperado de: http://www.ehu.es/ikastorratza/16_alea/2.pdf

Florescano, E. (1999) Para qué enseñar la historia. Revista Nexos. 1° de mayo, 1999.

Gómez, C., Ortuño, J. y Molina, S. (2014). Aprender a pensar históricamente. Retos
para la historia en el siglo XXI. Revista Tempo e Argumento, Florianópolis, v. 6, n.11, p. 05–27, jan./abr. 2014. Recuperado de: https://www.revistas.udesc. br/index.php/tempo/article/download/2175180306112014005/3052

Gómez, C., Rodríguez, R. y Miralles, P. (2015) La enseñanza de la Historia en Educación
primaria y la construcción de una narrativa nacional. Un estudio sobre exámenes y libros de texto en España. Perfiles educativos vol.37 no.150 México oct./dic. 2015. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext& pid=S0185-26982015000400002

Lamoneda, M. (1998) ¿Cómo enseñamos historia en el nivel medio superior? Revista
Mexicana de Investigación Educativa, vol. 3, núm. 5, enero-juni, 1998. Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C. Distrito Federal, México. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/140/14000506.pdf

Molina, S., Miralles, P., Deusdad, B., y Alfageme, M. (2017). Enseñanza de la historia,
creación de Identidades y prácticas docentes. Profesorado. Nº extraordinario (Julio, 2017) ISSN 1138-414X, ISSNe 1989-639X. Recuperado de: http://www.redalyc.org/html/567/56752038018/

Secretaría de Educación Pública (2017). Aprendizajes Clave para la educación
integral. CDMX, México: SEP.

Torres, A. (23 de enero de 2017). “El profesor del siglo XXI tiene que enseñar lo que no

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