Por Galdino Enríquez
Antonio
Tweet Historia
Hace casi veinte años, en la Revista Nexos fue
publicado un texto escrito por el historiador Enrique Florescano (1999), donde
señalaba que existe “una crisis general
de la enseñanza de la historia en el sistema educativo mexicano.” Esta
crisis se origina en la dependencia de la memorización en las prácticas
educativas a lo largo de la educación básica y que se extendía hasta el nivel
medio y superior.
http://blog.pucp.edu.pe/blog/historiamaestros/2013/12/06/historia-para- maestros-retoma-la-publicaci-n-de-los-cuadernos-de-ense-anza-de-la- historia-del-instituto-riva-ag-ero/ |
Citando a Ferro, Florescano (1999) señala que “la imagen que tenemos de otros pueblos, y
hasta de nosotros mismos, está asociada a la Historia tal como se nos contó
cuando éramos niños. Ella deja su huella en nosotros para toda la
existencia.” Si esto es así, el maestro de Historia en el nivel básico,
comparte con sus alumnos esa huella que ha quedado en él desde que fue
estudiante en dicha etapa educativa.
Lo lamentable del caso, es que después de casi
veinte años, el documento de los Aprendizajes
Clave para la educación integral del Modelo Educativo de la SEP, hace
referencia a la forma de enseñar Historia que ya detallaba Florescano (1999),
en su texto publicado en Nexos, donde indica tres agravios en la enseñanza de la
Historia:
El primer
agravio proviene de la frustración que experimenta el niño que va a la
escuela a aprender la historia de su patria y recibe en cambio una retahíla de
nombres, fechas y acontecimientos que antes que comprender tiene que memorizar.
El segundo agravio lo reciente cuando en lugar
de que la escuela establezca una relación de mutuo aprendizaje entre él y sus
profesores, propicia una relación gobernada por el autoritarismo, la no
comunicación y la represión. El tercer y más resentido
de los agravios es la carga de aburrimiento, apatía, rechazo y nulo
aprovechamiento que inunda al alumno en las clases de historia; una carga que
ahoga cualquier estímulo para estudiar, comprender o investigar.
Leer
“La enseñanza de la Historia: Una asignatura pendiente”, en:
Al igual que Florescano, Lamoneda (1998)
también señalaba esta situación, al indicar que “la enseñanza de una historia
memorística, de reproducción de acontecimientos…, de la historia política, la
de los grandes hombres. Lo que no es más que producto de una herencia positivista que reduce, de manera considerable,
las posibilidades de la disciplina.”
En estudios recientes, se habla de que la creencia popular señala que saber
historia implica “la acumulación memorística de hechos, conceptos o fechas del
pasado”, de acuerdo con Gómez, Ortuño y Molina (2014). En tanto que Gómez,
Rodríguez Miralles (2015), hablan de que
a la hora de aplicar exámenes y resolver ejercicios en los libros, “ciertos
contenidos históricos va inculcando en el alumnado un conocimiento a menudo sesgado,
y principalmente memorístico, basado en hechos, conceptos y saberes
descriptivos.”
Leer
“¿La Historia es humana o científica?”, en: https://tweethistoria.blogspot.com/2018/07/la-historia-es-cientifica-o-humana.html
Este “sistema de memorización de fechas y
nombres”, llevó al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las
Revoluciones de México (INEHRM), a través de la Universidad Abierta y a
Distancia de México (UnADM), a crear programas de posgrados para mejorar la
enseñanza de la historia, según una nota publicada por El Universal en el 2017,
en la que cita a Patricia Galeana, Directora General del INEHRM.
En una investigación llevada a cabo por Molina
et al. (2017), encontraron que existe un
paralelismo entre las concepciones o creencias de los docentes sobre la función
de la enseñanza de la historia y su práctica docente. Señalan además, que
“la mayor parte del profesorado continúa realizando una enseñanza de la historia,
apoyándose principalmente en el libro de texto y dando poco protagonismo al
alumnado”.
“Todavía
permanece en un considerable porcentaje del profesorado una visión positivista
en la enseñanza, que obedece a esa concepción “culturalista” que buena
parte del profesorado otorga a la enseñanza de la historia y que poco responde
con las aportaciones realizadas a lo largo del siglo XX en el campo de la
historiografía”, indica Molina et al. (2017), citando a Miralles, Molina y
Ortuño. Agrega también, que “posiblemente, la solución se encuentre en una
apropiada formación inicial y continua del profesorado”.
Leer
“La independencia de México, ¿una insurgencia Realista?”, en:
En el 2017, en el documento de Aprendizajes
Clave para la educación integral de la SEP, se lee lo siguiente: “se considera
necesario dejar atrás una enseñanza centrada en la repetición de hechos,
lugares y personajes históricos, y encaminarse a un aprendizaje que reflexione
sobre el pasado para responsabilizarse y comprometerse con el presente.” (SEP,
2017, p. 384) Prácticamente señala que la
crisis en la enseñanza de la Historia continúa hoy en día, pese a que fue
indicado por Lamoneda (1998) y Florescano (1999) hace veinte años y no se ha
logrado erradicar.
Referencias Bibliográficas:
Florescano, E. (1999) Para qué
enseñar la historia. Revista Nexos. 1° de mayo, 1999.
Recuperado de: https://www.nexos.com.mx/?p=9250
Gómez, C., Ortuño, J. y Molina,
S. (2014). Aprender a pensar históricamente. Retos para la historia en el siglo
XXI. Revista Tempo e Argumento, Florianópolis, v. 6, n.11, p. 05–27,
jan./abr. 2014. Recuperado de: https://www.revistas.udesc.br/index.php/tempo/article/download/2175180306112014005/3052
Gómez, C., Rodríguez, R. y
Miralles, P. (2015) La enseñanza de la Historia en educación primaria y la
construcción de una narrativa nacional. Un estudio sobre exámenes y libros de
texto en España. Perfiles educativos vol.37 no.150 México oct./dic.
2015. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982015000400002
Lamoneda, M. (1998) ¿Cómo
enseñamos historia en el nivel medio superior? Revista
Mexicana de Investigación
Educativa, vol. 3, núm. 5,
enero-juni, 1998. Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C. Distrito
Federal, México. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/140/14000506.pdf
Molina, S., Miralles, P.,
Deusdad, B., y Alfageme, M. (2017). Enseñanza de la historia,
creación de Identidades y
prácticas docentes. Profesorado. Nº extraordinario (Julio, 2017) ISSN
1138-414X, ISSNe 1989-639X. Recuperado de:
http://www.redalyc.org/html/567/56752038018/
El Universal (12 de abril de
2017). Impulsan enseñanza de la Historia en México. El
Universal. Recuperado de: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/2017/04/12/impulsan-ensenanza-de-la-historia-en-mexico
Secretaría de Educación Pública
(2017). Aprendizajes Clave para la educación integral. CDMX, México:
SEP.
Buena
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