lunes, 3 de diciembre de 2018

¿Cómo se enseña Historia en la actualidad?

¿Sigue siendo una educación tradicional? ¿Está enmarcado en el positivismo? ¿Existen nuevas prácticas en su enseñanza que no se aplican?

Por Galdino Enríquez Antonio
Tweet Historia

Hace casi veinte años, en la Revista Nexos fue publicado un texto escrito por el historiador Enrique Florescano (1999), donde señalaba que existe “una crisis general de la enseñanza de la historia en el sistema educativo mexicano.” Esta crisis se origina en la dependencia de la memorización en las prácticas educativas a lo largo de la educación básica y que se extendía hasta el nivel medio y superior.

http://blog.pucp.edu.pe/blog/historiamaestros/2013/12/06/historia-para-
maestros-retoma-la-publicaci-n-de-los-cuadernos-de-ense-anza-de-la-
historia-del-instituto-riva-ag-ero/
Citando a Ferro, Florescano (1999) señala que “la imagen que tenemos de otros pueblos, y hasta de nosotros mismos, está asociada a la Historia tal como se nos contó cuando éramos niños. Ella deja su huella en nosotros para toda la existencia.” Si esto es así, el maestro de Historia en el nivel básico, comparte con sus alumnos esa huella que ha quedado en él desde que fue estudiante en dicha etapa educativa.

Lo lamentable del caso, es que después de casi veinte años, el documento de los Aprendizajes Clave para la educación integral del Modelo Educativo de la SEP, hace referencia a la forma de enseñar Historia que ya detallaba Florescano (1999), en su texto publicado en Nexos, donde indica tres agravios en la enseñanza de la Historia:

El primer agravio proviene de la frustración que experimenta el niño que va a la escuela a aprender la historia de su patria y recibe en cambio una retahíla de nombres, fechas y acontecimientos que antes que comprender tiene que memorizar. El segundo agravio lo reciente cuando en lugar de que la escuela establezca una relación de mutuo aprendizaje entre él y sus profesores, propicia una relación gobernada por el autoritarismo, la no comunicación y la represión. El tercer y más resentido de los agravios es la carga de aburrimiento, apatía, rechazo y nulo aprovechamiento que inunda al alumno en las clases de historia; una carga que ahoga cualquier estímulo para estudiar, comprender o investigar.

Leer “La enseñanza de la Historia: Una asignatura pendiente”, en:

Al igual que Florescano, Lamoneda (1998) también señalaba esta situación, al indicar que “la enseñanza de una historia memorística, de reproducción de acontecimientos…, de la historia política, la de los grandes hombres. Lo que no es más que producto de una herencia positivista que reduce, de manera considerable, las posibilidades de la disciplina.”

En estudios recientes, se habla de que la creencia popular señala que saber historia implica “la acumulación memorística de hechos, conceptos o fechas del pasado”, de acuerdo con Gómez, Ortuño y Molina (2014). En tanto que Gómez, Rodríguez Miralles  (2015), hablan de que a la hora de aplicar exámenes y resolver ejercicios en los libros, “ciertos contenidos históricos va inculcando en el alumnado un conocimiento a menudo sesgado, y principalmente memorístico, basado en hechos, conceptos y saberes descriptivos.”

Leer “¿La Historia es humana o científica?”, en: https://tweethistoria.blogspot.com/2018/07/la-historia-es-cientifica-o-humana.html

Este “sistema de memorización de fechas y nombres”, llevó al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), a través de la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM), a crear programas de posgrados para mejorar la enseñanza de la historia, según una nota publicada por El Universal en el 2017, en la que cita a Patricia Galeana, Directora General del INEHRM.

En una investigación llevada a cabo por Molina et al. (2017), encontraron que existe un paralelismo entre las concepciones o creencias de los docentes sobre la función de la enseñanza de la historia y su práctica docente. Señalan además, que “la mayor parte del profesorado continúa realizando una enseñanza de la historia, apoyándose principalmente en el libro de texto y dando poco protagonismo al alumnado”.

Todavía permanece en un considerable porcentaje del profesorado una visión positivista en la enseñanza, que obedece a esa concepción “culturalista” que buena parte del profesorado otorga a la enseñanza de la historia y que poco responde con las aportaciones realizadas a lo largo del siglo XX en el campo de la historiografía”, indica Molina et al. (2017), citando a Miralles, Molina y Ortuño. Agrega también, que “posiblemente, la solución se encuentre en una apropiada formación inicial y continua del profesorado”.

Leer “La independencia de México, ¿una insurgencia Realista?”, en:

En el 2017, en el documento de Aprendizajes Clave para la educación integral de la SEP, se lee lo siguiente: “se considera necesario dejar atrás una enseñanza centrada en la repetición de hechos, lugares y personajes históricos, y encaminarse a un aprendizaje que reflexione sobre el pasado para responsabilizarse y comprometerse con el presente.” (SEP, 2017, p. 384) Prácticamente señala que la crisis en la enseñanza de la Historia continúa hoy en día, pese a que fue indicado por Lamoneda (1998) y Florescano (1999) hace veinte años y no se ha logrado erradicar.

Referencias Bibliográficas:

Florescano, E. (1999) Para qué enseñar la historia. Revista Nexos. 1° de mayo, 1999.

Gómez, C., Ortuño, J. y Molina, S. (2014). Aprender a pensar históricamente. Retos para la historia en el siglo XXI. Revista Tempo e Argumento, Florianópolis, v. 6, n.11, p. 05–27, jan./abr. 2014. Recuperado de: https://www.revistas.udesc.br/index.php/tempo/article/download/2175180306112014005/3052

Gómez, C., Rodríguez, R. y Miralles, P. (2015) La enseñanza de la Historia en educación primaria y la construcción de una narrativa nacional. Un estudio sobre exámenes y libros de texto en España. Perfiles educativos vol.37 no.150 México oct./dic. 2015. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982015000400002

Lamoneda, M. (1998) ¿Cómo enseñamos historia en el nivel medio superior? Revista
Mexicana de Investigación Educativa, vol. 3, núm. 5, enero-juni, 1998. Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C. Distrito Federal, México. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/140/14000506.pdf  

Molina, S., Miralles, P., Deusdad, B., y Alfageme, M. (2017). Enseñanza de la historia,
creación de Identidades y prácticas docentes. Profesorado. Nº extraordinario (Julio, 2017) ISSN 1138-414X, ISSNe 1989-639X. Recuperado de: http://www.redalyc.org/html/567/56752038018/

El Universal (12 de abril de 2017). Impulsan enseñanza de la Historia en México. El

Secretaría de Educación Pública (2017). Aprendizajes Clave para la educación integral. CDMX, México: SEP.

Las concepciones docentes y la clase de Historia

¿Cuánta injerencia tienen las concepciones de los docentes en el desarrollo de su práctica docente? ¿La clase de Historia está influenciada ...