Por
Galdino Enríquez Antonio
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Historia
Existe
un abanico de posibilidades que llegan a afectar la práctica educativa, y en
muchos de los casos, no llegamos a darnos cuenta. Algunos son tan
imperceptibles y creemos que no perturban los ejercicios académicos, sin
embargo, pueden llegar a cambiar la dirección de la educación que practicamos. Por
ello, desde tiempos inmemoriales, quien controla los procesos educativos,
controla los destinos de una nación.
https://www.reporterosasociados.com.co/2018/01/ensenanza-de-la-historia- de-colombia-sera-obligatoria-y-continuara-integrada-a-las-ciencias-sociales/ |
Citando
a Jodelet, Hernández, L. y Pagès, J. (2016) indican que cada uno tiene
representaciones de la realidad social y las definen como un “conjunto de
imágenes, concepciones, creencias,
conocimientos, percepciones y experiencias de las personas.” Estas
representaciones ayudan a las personas a
tener una postura “ante una situación en un contexto social y se presentan
como un conocimiento social pues nos permiten interpretar y darle sentido a
nuestra realidad.”
En
una investigación llevada a cabo por Molina, S., Miralles, P., Deusdad, B., y
Alfageme, M. (2017), encontraron que existe un paralelismo entre las concepciones o creencias de los
docentes sobre la función de la enseñanza de la historia y su práctica docente.
Señalan además, que “la mayor parte del profesorado continúa realizando una
enseñanza de la historia, apoyándose principalmente en el libro de texto y
dando poco protagonismo al alumnado”, debido a su idea de maestro de Historia.
Leer: “¿Cómo se enseña Historia en la actualidad?”, en:
https://tweethistoria.blogspot.com/2018/12/como-se-ensena-historia-en-la-actualidad.html
Para
Alfageme, M. y Miralles, P. (2014), “Muchos autores corroboran que las concepciones de los profesores sobre la
enseñanza, el aprendizaje y los currículos influyen
fuertemente en cómo ellos enseñan y lo que los estudiantes aprenden”, y la
forma de cómo fueron educados es una de esas concepciones, que generalmente es
la que está estrechamente relacionada.
Entre
las dificultades que enfrenta un maestro en la enseñanza de la Historia, es que
el alumno tiene sus propias concepciones
de la materia, así lo consideran Sanz, P., Molero, J. y Rodríguez, D.,
(2017), cuando señalan que “El alumnado no la reconoce con los rasgos propios
de una ciencia social sino como un saber menor que no exige mayor esfuerzo que
el de recordar algunos datos y explicaciones para las pruebas de evaluación.”
Si esto es así, en muchos de los casos, los docentes también presentaron esta
tendencia en los días de estudiantes y siguen conservando con ellos tal
concepción.
Prueba de lo dicho se refleja
en la visión que las investigaciones nos muestran sobre la visión de la
historia por los estudiantes. El
alumnado considera que la asignatura de Historia, y la propia historia, no
necesita ser comprendida sino memorizada. Socialmente la historia se suele
identificar como un conocimiento solamente útil para demostrar “sabiduría” en
concursos televisivos, o para recordar, manifestando una pretendida erudición,
datos y efemérides. La principal
habilidad intelectual que se requiere para saber historia es, según la
percepción del alumnado, tener una gran memoria.
Las investigaciones
coinciden, de manera indefectible, en las siguientes concepciones y
valoraciones del alumnado: primero, que la historia
es una materia fácil, aburrida y poco útil; segundo, que tan solo exige buena memoria y que se aprende
fácilmente las noches anteriores al examen; tercero, que es muy poco interesante, entendiendo el
interés por las dificultades de comprensión y esfuerzo de dilucidación que
exigen las materias que el alumno juzga de verdaderamente interesantes. (Sanz
et al. 2017)
La
sociedad en general también tiene una idea dispersa de la importancia debida de
la enseñanza de la historia y según Sanz et al. (2017), lo visualiza de esta
manera:
…existe una percepción social
que identifica saber histórico con una visión erudita del conocimiento del
pasado. Se trata de una visión bastante habitual. Según esta percepción, saber historia es igual a ser anticuario o
albacea del recuerdo; saber historia es conocer curiosidades de otros tiempos,
recordar datos que identifican un monumento o un acontecimiento, o,
simplemente, recitar nombres de glorias y personajes pasados, generalmente del
patrimonio propio. Esta tradición, cultivada desde el siglo pasado por
multitud de eruditos locales, ha calado hondo en la sociedad. Nadie reclama, al
que dice saber historia, una explicación general del pasado, ni que
contextualice lo singular en un proceso general dinámico que, por fuerza,
resulta complejo y requiere estar dotado de método y teoría. La razón es que la
percepción general de este tipo de saber, el histórico, está más cerca de la
erudición que de una ciencia social. Este hecho, aunque quizá no sea explicitado
por el alumnado, marca profundamente el concepto que se tiene en la sociedad de
la materia histórica y aflora frecuentemente cuando sondeamos las ideas previas
de los escolares.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2013/08/13/ merkel-imparte-clase-historia/00031376404597086720657.htm |
Hernández,
L. y Pagès, J. (2016) apuntan que la forma en que los expertos proponen
estrategias y métodos “pueden llegar a reducirse, en el salón de clases, a una
trasmisión de contenidos porque las
estrategias se desarrollaron al margen de las representaciones sociales del
profesorado, de sus alumnos y, sobre todo, del contexto social.” Y si el
maestro tiene bien asimilada la historia desde su primera infancia, será muy
difícil hacerle frente a sus representaciones.
Leer “5 actividades que mis alumnos odian de la clase de
Historia”, en: https://institutokng.blogspot.com/2019/03/5-actividades-que-mis-alumnos-odian-de.html
Para
Molina et al. (2017), las creencias de los docentes se manifiestan y se aplican
en la práctica educativa que llevan a cabo, lo cual establece una serie de
tipologías del maestro. Además, consideran que existe una relación entre las prácticas docentes y sus suposiciones.
Alfageme,
M. y Miralles, P. (2014), descubrieron que los
docentes conocen como llevar a cabo los procesos de enseñanza aprendizaje,
así como los procesos de evaluación, solo
que en el momento de ejecutarlos se inclinan por prácticas tradicionales,
que incluso los llevan a desarrollar prácticas cuando ellos fueron alumnos. Los
docentes con más años de servicio en el área educativa, tiene a ser más reacios
en querer cambiar sus prácticas tradicionales que los docentes con menos años
de servicio.
En
el informe de una investigación didáctica, Zamudio, J. (2012), reporta que
En las investigaciones realizadas
en las décadas de 1980 y 1990 se comprobó que los profesores, en buena medida, orientan sus acciones educativas a través
del conocimiento y de las creencias que poseen. Estas se configuran a lo
largo de su vida, y no solo en el ejercicio de la actividad docente. Es decir,
se trata de un proceso permanente, que se reconstruye, se transforma y adquiere
nuevos significados.
…los profesores elaboran sus propios constructos, atendiendo a dos
factores básicos: la experiencia vivida y los saberes que construyen las comunidades
académicas, determinados por las condiciones sociales e históricas del contexto
en el que se vive; lo que significa que este conocimiento es relativo y
temporal, y se encuentra en continuo proceso de desarrollo.
Esto
resulta interesante, ya que muchas veces
no se considera este factor al momento de valorar el trabajo docente cuando
imparte clases de cualquier materia, en especial a la hora de enseñar historia.
¿Qué
ideas, creencias o concepciones tiene usted como maestro que está afectando para
bien o para mal la enseñanza de la Historia?
Referencias
Bibliográficas:
Alfageme,
M. y Miralles, P. (2014). El profesorado de Geografía e Historia de
Enseñanza Secundaria ante la
evaluación. Educar em Revista, núm. 52, abril-junio, 2014, pp. 193-209.
Universidade Federal do Paraná, Paraná, Brasil. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=155031152012
Hernández,
L. y Pagès, J. (2016). ¿Cómo enseñar historia y ciencias sociales en la
educación preescolar? Revista
Mexicana de Investigación Educativa (RMIE), 2016, VOL. 21, NÚM. 68, PP. 119-140
(ISSN: 14056666). Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/rmie/v21n68/1405-6666-rmie-21-68-00119.pdf
Molina,
S., Miralles, P., Deusdad, B., y Alfageme, M. (2017). Enseñanza de la
historia, creación de Identidades y
prácticas docentes. Profesorado. Nº extraordinario (Julio, 2017) ISSN
1138-414X, ISSNe 1989-639X. Recuperado de: http://www.redalyc.org/html/567/56752038018/
Sanz,
P., Molero, J. y Rodríguez, D. (2017). La historia en el aula. Innovación
Docente y enseñanza de la historia
en la educación secundaria. Lleida, España: Editorial Milenio. Recuperado de: http://www.ub.edu/histodidactica/images/documentos/pdf/Dificultades%20y%20retos%20para%20ensear%20historia.pdf
Zamudio,
J. I. (2012). El conocimiento del profesor que enseña historia. Universidad
Santiago de Cali (Colombia).
Recuperado de: http://www.redalyc.org/html/3241/324128700004/
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