Instituto KNG
En
el 2017, Torres entrevistó a Peter Senge, profesor en la escuela de negocios
del Massachusetts Institute of Technology, quien señaló que lo primero que
tiene que hacer un maestro:
“…es desaprender, olvidar los
métodos pedagógicos tradicionales. Es muy difícil porque tienen una identidad
muy fuerte y se sienten orgullosos de estar al frente de la clase. Creen que
mantener el orden y la atención en su discurso es lo que les hace buenos profesores
y tal vez sea ese el problema, las lecciones magistrales brillantes. Para que
se produzca el cambio tiene que haber una masa crítica de esos adultos en las
escuelas que diga basta. Esto no va sobre decidir buenas o malas respuestas,
sino sobre afrontar problemas reales.” (Torres, 2017).
“El
cambio de paradigma en la enseñanza-aprendizaje de la Historia sólo puede
comenzar desde los niveles educativos iniciales”, de acuerdo con Gómez, et al.,
(2015), quienes citan a Cooper. En estos niveles iniciales de enseñanza de la
historia, los profesores se centran en el uso de algunas herramientas, siendo
las más dos de ellas: “la usada para enseñar (libro de texto) y la usada para
calificar (examen).” (Gómez, et al., 2015)
https://femina.hu/terasz/kepviselok_tanarok_nyari_szunet/ |
Alfageme y Miralles (2014), citan a Pozo, et al., quienes señalan que si se busca
cambiar las formas en que se enseña y se aprende, es necesario hacerlo a partir
de un cambio en “las mentes y las concepciones de profesores, y también de los
alumnos.” Ya que ambos tienen “Una herencia cultural, tradiciones asumidas y no
cuestionadas, sobre lo que es aprender y enseñar, unas concepciones que rigen
las prácticas diarias y son un verdadero currículo oculto que guía la práctica
educativa.”
Para
que exista un cambio en la percepción de la historia, Gómez (2013), encontró
que numerosos investigadores señalan que es necesario cambiar la concepción que
hace que se vea a la Historia como una materia que se ocupa de la memorización
del pasado. Si bien es cierto, el pasado es el objeto de estudio de la
Historia, los estudiantes deben aprender desde edades tempranas cómo se
construye la narrativa del pasado. Pero si el maestro sigue enseñando como le enseñaron,
nunca se logrará romper ese ciclo.
Gómez
(2013), analizó un estudio realizado por Cuesta en 1998, y encontró que veinte
años después, él (Gómez) llega a las mismas conclusiones: se seguía enseñando
historia de manera tradicional, donde las clases eran de tipo magistrales y
teniendo como principal apoyo didáctico los libros de texto; además, se seguía
teniendo exámenes escritos como la principal forma de evaluación. La pregunta
es: ¿cómo impartieron clases los docentes que fueron formados con esta metodología
de enseñanza de la Historia?
El
estudio llevado a cabo por Gómez (2013), fue realizado también por Gómez,
Rodríguez, y Mirete, en el 2016. En el estudio celebrado por Gómez, et al.,
(2016), se encontró que sigue predominando lo conceptual y se sigue defendiendo
por creencias comunes, “que la lección magistral y lo memorístico son la mejor
forma de abordar temarios tan amplios siguen vigentes.”
Gómez,
et al., (2016), sostiene que cumplir con el currículo es muy complicado. Es más
fácil tomar el libro de texto preparado por las editoriales y avalado por las
autoridades educativas que iniciar un proceso de transformación de la enseñanza
de la Historia, donde se pongan en práctica las habilidades de los
historiadores en el proceso. Si a esto le añadimos que no todos los maestros
son especialistas en la enseñanza de la Historia, vamos a tener por mucho
tiempo maestros enseñando de manera tradicional.
En
una investigación llevada a cabo por Soria (2016), observó que los docentes con
preparación académica adecuada para la enseñanza de la Historia, tienen alumnos
con un gusto por la historia que los docentes que no tienen el perfil exacto
para la enseñanza de esta materia.
Los
alumnos de los maestros con un perfil docente a fin y no específico, tienen
alumnos que consideran que la historia es una materia donde solo se va a
“escuchar, discutir, leer libros de texto y realizar actividades aburridas; es
una clase con visión bancaria.”
Por
lo tanto, se requiere atender de manera puntual la capacitación magisterial, ya
que la influencia del pasado estudiantil del docente juega un papel
determinante en su forma de trabajar la clase de Historia con sus alumnos.
Gómez,
et al., (2015), concluyen que la Historia es como una construcción, debe ser enseñada
así en el aula. Agregan además, que “Para desarrollar esta cuestión, es necesario
que los docentes de Historia posean una sólida teoría sobre la formación del
pensamiento, la comprensión histórica en el alumnado, y en la búsqueda de
marcadores de progresión cognitiva.”
Para
Molina, et al., (2017), la solución a esta situación “se encuentra en una
apropiada formación inicial y continua del profesorado, en la que se invite a
reflexionar al profesorado en aspectos aparentemente tan básicos como para qué
queremos enseñar historia, y qué historia queremos enseñar.”
Referencias:
Alfageme, M. y
Miralles, P. (2014). El profesorado de Geografía e Historia de Enseñanza
Secundaria ante la
evaluación. Educar em Revista, núm. 52, abril-junio, 2014, pp. 193-209. Universidade
Federal do Paraná, Paraná, Brasil. Recuperado de:
Gómez, E. (2013). Lo
que el historiador enseñante sabe y hace: Identificando habilidades docentes en
practicantes de la Licenciatura en Historia. CPU-e, Revista de Investigación
Educativa, núm. 16, enero-junio,
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Veracruz, México.
Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=283128328001
Gómez, C., Ortuño, J.
y Molina, S. (2014). Aprender a pensar históricamente. Retos para
la historia en el
siglo XXI. Revista Tempo e Argumento, Florianópolis, v. 6, n.11, p. 05–
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Recuperado de: https://www.revistas.udesc.br/index.php/tempo/article/download/2175180306112014005/3052
Gómez, C., Rodríguez,
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primaria y la
construcción de una narrativa nacional. Un estudio sobre exámenes y libros
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26982015000400002
Molina, S., Miralles,
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Identidades y prácticas docentes. Profesorado. Nº extraordinario (Julio,
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Torres, A. (23 de
enero de 2017). “El profesor del siglo XXI tiene que enseñar lo que no sabe”. El
País. Recuperado de: https://elpais.com/economia/2017/01/15/actualidad/1484514194_
176496.html
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