“¿Cuál de entre todos ellos no entiende que la mano de Jehová lo hizo?” (Job 12:9)
Por Galdino Enríquez Antonio
En el curso escolar
que está por iniciar, los colegios adventistas se enfocarán en fortalecer la
comprensión y la vivencia de la Creencia Fundamental Nº 6 de los Adventistas
del Séptimo Día:
Dios es Creador de todas las cosas y ha
revelado en las Escrituras el relato histórico de la creación. En seis días
literales el Señor hizo los cielos y la tierra, y descansó el séptimo día.
En este
contexto, el capítulo 14 de La Educación, titulado "La ciencia y la
Biblia", ofrece a los docentes de ciencias principios esenciales para que
la enseñanza académica sea coherente con la fe y fiel a la revelación divina. A
continuación, enumeramos siete principios:
1. Armonía entre el libro de la
naturaleza y el libro de la revelación
Dios es el
autor tanto de la creación como de la Escritura; por lo tanto, no existe
contradicción real entre ciencia correctamente entendida y Biblia correctamente
interpretada.
La
investigación científica, al iluminar las leyes por las que Dios actúa, debe
verse como una oportunidad para conocer más al Creador.
2. El relato bíblico de la creación como
fundamento
El Génesis
presenta días literales de 24 horas, “tarde y mañana”, en la obra creadora. No
es necesario reinterpretar las Escrituras para acomodarlas a teorías que
extienden la creación a millones de años; tal ajuste debilita la autoridad
bíblica.
La fe
adventista sostiene que Dios creó por el poder de su palabra: “Porque él dijo,
y fue hecho; él mandó, y existió” (Sal. 33:9).
3. Explicación bíblica para los
registros fósiles y geológicos
La existencia
de restos de gran tamaño y características diferentes a las actuales encuentra
su explicación en las condiciones previas al diluvio y en los cambios drásticos
ocurridos durante y después de este.
Los depósitos
de carbón y petróleo son testigos de esos procesos, y confirman la veracidad
del registro bíblico.
4. Rechazo de teorías evolutivas que
niegan el origen divino del hombre
La enseñanza
bíblica afirma que el hombre fue creado a imagen de Dios, no como resultado de
un proceso ascendente desde formas inferiores de vida.
La variabilidad
de teorías científicas sobre el origen de la vida, y sus frecuentes revisiones,
muestran la necesidad de un ancla firme en la revelación.
5. La acción continua de Dios en la
naturaleza
La creación no
fue un acto aislado; Dios sostiene la vida y el orden del universo a cada
instante. Cada latido y cada respiración son evidencia de su cuidado constante.
Jesús, por
quien fueron creadas todas las cosas, mantiene en su lugar a los mundos y gobierna
el cosmos.
6. Necesidad del Espíritu Santo para la
interpretación correcta
La naturaleza
puede ser interpretada de manera contradictoria si se la estudia sin la luz de
la revelación.
El Espíritu de
Dios, presente desde la creación, es quien guía a toda verdad y permite
descubrir el verdadero significado de las maravillas naturales.
7. Actitud de humildad en el estudio
científico
El auténtico
investigador reconoce sus límites y se maravilla ante la inmensidad del
conocimiento divino.
La ciencia,
lejos de debilitar la fe, debe inspirar reverencia y adoración hacia el
Creador.
Podemos
concluir que para el docente adventista, la enseñanza de las ciencias no es un
asunto neutral: es un ministerio que forma en el alumno una cosmovisión bíblica
y una fe inteligente. Enseñar ciencia desde la perspectiva adventista, implica:
- Presentar la naturaleza como obra de un Dios personal y amoroso.
- Reconocer el testimonio de la Biblia como marco interpretativo seguro.
- Guiar al estudiante a ver en cada ley física, en cada organismo vivo, y en cada estrella, la firma del Creador.
Así, las aulas se convierten en laboratorios de fe, donde el estudio de la creación lleva a honrar al Creador.
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